Los muertos: ¿No tienes una memoria en la cual los preservas,
en la cual permanecen presentes para ti, hablando y callando,
apoyándote o contrariándote, siendo leales o traidores,
aduladores y escurridizos, cercanos y distantes y por todas partes
en los caminos y puentes entre lejanía y proximidad?
Tomamos algunos fragmentos de Guillermo Ferrer; su obra: Experiencia del pasado e imágenes poéticas. Edmund Husserl y Paul Celan (Una lectura fenomenológica de Sprachgitter) para a continuación pensar las tesis de Celan en relación con "el instante de peligro" benjaminiano y el punto nodal del psicoanális lacaniano: el recubrimiento de las dos faltas, la del sujeto y la del Otro, como modo de salida de la alienación.
Queremos pensar la "falta del Otro" al modo en que lo hace Celan en su poética: "una memoria de las fechas del otro, particularmente del otro muerto por violencia y odio, o simplemente olvidado"
Dicho de otra manera, queremos pensar la falta psicoanalítica (la falta del Otro) como la memoria del otro muerto por violencia y odio, o simplemente olvidado. Y el recubrimiento de las dos faltas, la del sujeto y la del Otro, como el "instante de peligro", el instante de la infamia, de la derrota.
G. Ferrer:
De nuevo citamos a Ferrer:
Para Ferrer la imagen poética da el otro ausente, pero no en un ideal estético logrado, sino en el itinerario de su respiración, el camino hacia la muerte como ausencia definitiva. La respiración en Celan significa a la vez plenitud de voz y mudez. El poema es la huella de nuestra respiración en el lenguaje, dice Celan, el aliento de nuestra mortalidad, pero a la vez el último bastión de la vida que lucha por conservarse.
El lenguaje tiene el deber de decir sobre este otro asesinado, infame, olvidado, accidentado, pero restituyéndole su voz, dejándole hablar con su tiempo.
No es recordarlo como fue, su muerte impide pensarlo de forma lógica. Solo los restos fragmentados de su respiración nos llegan, su morir, las "palpitaciones", las "insinuaciones".
Aquí nos resulta de mucha importancia cómo relata esto Derrida en su libro Mémoires pour Paul de Mann:
Para Anja Lemke "la comunidad sólo es decible ahí donde arraiga en el dolor de un individuo". Continúa Derrida:
"En tanto ya fallecido, el otro ausente sólo se da suscitando pesadumbre en quienes se acuerdan de él, o al menos la conciencia, más o menos difusa, de pertenecer a la misma comunidad de mortales.
Podemos deducir de aquí que el sujeto sale de la alienación por medio de la separción pero que esta separción es el ingreso en la comunidad de mortales.
"Las imágenes que -en oposición a cualesquiera discursos históricos posibles que intentan reconstruir las frases de los ya fallecidos- evocan el silencio de los otros ausentes." En la imagen poética el silencio es dado a la sensibilidad. El silencio del otro ausente:
Nevada, cada vez más densa,
color de paloma,
como ayer,
nevada,
como si aún durmieras todavía.
Amplio campo blanco.
Por encima, infinita,
la huella del trineo de lo perdido.
Celan.
"El otro ausente se sustrae a cualquier reproducción, mancha con su aliento ya sofocado y con trazos de sangre la lámpara del recuerdo... Para dar lugar a una memoria fiel al otro en cuanto ausente, el sujeto debe refrenar cualquier discurso cuyo impulso sería la apropiación interiorizante de lo recordado."
El recuerdo... una "flecha tardía". Dice Ferrer que la paradoja radica en que las imágenes poéticas aspiran conceder una voz a los muertos, pero sin someterlos a una ficción violenta. Celan: "bloques erráticos, estrellas negras y llenas de lenguaje: nombrados según un juramento desgarrado de silencio"
Derrida:
Ojos, ciegos al mundo, en las quiebras de la muerte: ya llego
duro es lo crecido en el corazón.
Ya llego.
Espejo lunar la pared a pico. Hacia abajo.
(Lámpara maculada de aliento. Estrías de sangre.
Alma en nube, una vez más forma casi.
Sombra de diez dedos – engarfados.)
Ojos ciegos al mundo,
ojos en las quiebras de la muerte,
ojos, ojos:
El lecho de nieve bajo nosotros dos, el lecho de nieve.
Cristal tal cristal,
en el tiempo profundamente reticulados, caemos,
caemos y yacemos y caemos.
Y caemos:
Fuimos. Somos.
Somos una carne con la noche.
En las venas, en las venas.
Celan
Tomamos algunos fragmentos de Guillermo Ferrer; su obra: Experiencia del pasado e imágenes poéticas. Edmund Husserl y Paul Celan (Una lectura fenomenológica de Sprachgitter) para a continuación pensar las tesis de Celan en relación con "el instante de peligro" benjaminiano y el punto nodal del psicoanális lacaniano: el recubrimiento de las dos faltas, la del sujeto y la del Otro, como modo de salida de la alienación.
Queremos pensar la "falta del Otro" al modo en que lo hace Celan en su poética: "una memoria de las fechas del otro, particularmente del otro muerto por violencia y odio, o simplemente olvidado"
Dicho de otra manera, queremos pensar la falta psicoanalítica (la falta del Otro) como la memoria del otro muerto por violencia y odio, o simplemente olvidado. Y el recubrimiento de las dos faltas, la del sujeto y la del Otro, como el "instante de peligro", el instante de la infamia, de la derrota.
G. Ferrer:
Nos parece que, en el fondo, Celan obliga al arte poético a remontar a una experiencia del pasado como alteridad inasimilable por un sujeto rememorante... Las imágenes poéticas retro-refieren a la inevitable fragmentación del proceso de rememoración, cuyo movimiento impulsivo hacia la interiorización de lo recordado termina siento obstruido por la alteridad de este último, sobre todo cuando está en juego la memoria de otro ausente. A la vez, las imágenes poéticas apelan, como signos del otro, al recuerdo, exponiéndose al olvido pero queriéndolo evitar.Nos interesa sobre todo remarcar "alteridad inasimilable", según Ferrer en la rememoración no se llega a la alteridad sino que esta se fragmenta a medida que nos vamos acercando a ella. Las imágenes poéticas son signos del otro, fragmentos del otro, fechas que quieren evitar el olvido.
De nuevo citamos a Ferrer:
...cualquier gozo estético arrastra consigo, pasivamente, el pasado de un conflicto donde lo imaginado da signo de su alteridad resistiéndose a ser re-presentado en una copia, por exacta que pudiera ser.El otro muerto por violencia resiste a darse en la "lógica" de la historia y en eso consiste la oscuridad del poema. La oscuridad del poema corresponde a la oscuridad de la muerte, la muerte del otro asesinado, accidentado, olvidado (presentado en las imágenes de Celan como la helada, la nieve, la noche helada).
Para Ferrer la imagen poética da el otro ausente, pero no en un ideal estético logrado, sino en el itinerario de su respiración, el camino hacia la muerte como ausencia definitiva. La respiración en Celan significa a la vez plenitud de voz y mudez. El poema es la huella de nuestra respiración en el lenguaje, dice Celan, el aliento de nuestra mortalidad, pero a la vez el último bastión de la vida que lucha por conservarse.
...el otro ausente se resistiría a ser interiorizado en una reproducción adecuada o en una lógica del discurso histórico.
El lenguaje tiene el deber de decir sobre este otro asesinado, infame, olvidado, accidentado, pero restituyéndole su voz, dejándole hablar con su tiempo.
No es recordarlo como fue, su muerte impide pensarlo de forma lógica. Solo los restos fragmentados de su respiración nos llegan, su morir, las "palpitaciones", las "insinuaciones".
Aquí nos resulta de mucha importancia cómo relata esto Derrida en su libro Mémoires pour Paul de Mann:
El ser "en nosotros", el ser en nosotros del otro en la memoria enlutada, esto no puede ser ni la resurrección propiamente dicha del otro en sí mismo (el otro está muerto y nada puede salvarlo, nadie puede salvarnos) ni la simprle inclusión de un fantasma narcisista de una subjetividad encerrada en sí misma, hasta idéntica a sí misma.Destaca Derrida dos cuestiones que tenemos que tener siempre presentes: el otro está muerto, nada puede salvarlo; abandonar todo narcisismo cuando se trata del otro en nosotros. Se trata de un otro del dolor, la finitud y la mortalidad.
Para Anja Lemke "la comunidad sólo es decible ahí donde arraiga en el dolor de un individuo". Continúa Derrida:
... Si tengo éxito "normalmente" en el proceso de introyección, entonces soy infiel al otro, el otro simplemente se vuelve parte de mí mismo, y es una forma de recordar al otro olvidándolo. El otro se vuelve parte de mi mismo y tengo una relación narcisista con el otro en mi mismo. Esto es una manera de ser, un duelo posible, pero infiel, falso, una falsa memoria del otro.
"En tanto ya fallecido, el otro ausente sólo se da suscitando pesadumbre en quienes se acuerdan de él, o al menos la conciencia, más o menos difusa, de pertenecer a la misma comunidad de mortales.
Podemos deducir de aquí que el sujeto sale de la alienación por medio de la separción pero que esta separción es el ingreso en la comunidad de mortales.
"Las imágenes que -en oposición a cualesquiera discursos históricos posibles que intentan reconstruir las frases de los ya fallecidos- evocan el silencio de los otros ausentes." En la imagen poética el silencio es dado a la sensibilidad. El silencio del otro ausente:
Nevada, cada vez más densa,
color de paloma,
como ayer,
nevada,
como si aún durmieras todavía.
Amplio campo blanco.
Por encima, infinita,
la huella del trineo de lo perdido.
Celan.
"El otro ausente se sustrae a cualquier reproducción, mancha con su aliento ya sofocado y con trazos de sangre la lámpara del recuerdo... Para dar lugar a una memoria fiel al otro en cuanto ausente, el sujeto debe refrenar cualquier discurso cuyo impulso sería la apropiación interiorizante de lo recordado."
El recuerdo... una "flecha tardía". Dice Ferrer que la paradoja radica en que las imágenes poéticas aspiran conceder una voz a los muertos, pero sin someterlos a una ficción violenta. Celan: "bloques erráticos, estrellas negras y llenas de lenguaje: nombrados según un juramento desgarrado de silencio"
Derrida:
Al conmemorar lo que puede siempre olvidarse en la ausencia de todo testigo, la fecha se expone en su destino o en su esencia misma. La fecha se ofrece al anonadamiento, pero se ofrece efectivamente.Lecho de Nieve.
Ojos, ciegos al mundo, en las quiebras de la muerte: ya llego
duro es lo crecido en el corazón.
Ya llego.
Espejo lunar la pared a pico. Hacia abajo.
(Lámpara maculada de aliento. Estrías de sangre.
Alma en nube, una vez más forma casi.
Sombra de diez dedos – engarfados.)
Ojos ciegos al mundo,
ojos en las quiebras de la muerte,
ojos, ojos:
El lecho de nieve bajo nosotros dos, el lecho de nieve.
Cristal tal cristal,
en el tiempo profundamente reticulados, caemos,
caemos y yacemos y caemos.
Y caemos:
Fuimos. Somos.
Somos una carne con la noche.
En las venas, en las venas.
Celan